¿Si el teléfono suena mientras te bañas, vas a salir mojada a contestarlo?
¿Si tu empleada te llama porque quiere faltar al trabajo, dejaría a tus hijos solos?
¿Si tus amigos, tu auto o tu casa no son como tu esperas, los hechas a la basura?
No.
Y por varios motivos.
El primero porque uno no está a servicio del tiempo del otro, por lo tanto no quieras que el otro te domines en lo más precioso: el tiempo de tu encarnación.
Segundo: por más que los otros te fallen o no cumplan, nada ni nadie te exime de tus responsabilidades. Dejemos de trasladarlas a personas tus obligaciones en tus encarnaciones. Después sos tu quien tendrá que resolverlo, no otro que no tu.
Tercero: Las cosas son como son independiente de ti, pues como sabes bien, jamas perderemos nuestra individuación. El colectivo no existe como masa única, es un conglomerado de colores, de almas y de quereres.
Quererlos por el calor humano que te dan sin sufrir el "como son", que esto ellos ya lo tendrán que arreglar con Dios. Cada uno con sus carmas e imperfecciones.
Y no está de más recordar lo que se desarrolla como obvio en este pensamiento:
no juzgues.
de um Espírito Amigo
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