Ojalá la Humanidad se despida de sus decisiones movidas por egoísmos transnacionales, egoísmos multiempresariales, egoísmos estatales o gubernamentales y hasta sindicales, y pasen a decidir por reflejos humanos, humanitarios y humanistas.

Que eso quiere decir por encima de credos, razas, políticas, religiones, gobiernos y educadores. Nadie precisará explicar a un humano de que se trata ser Humano.

Para eso vino hasta acá Cristo. Para decirnos que somos IGUALES y UNIVERSALES. Y es cuando amamos y vemos al otro con amor, pues, al actuar con amor, nadie es enemigo, nadie es olvidado, nadie es excluido.

El amor es la mejor forma de universalizar la humanidad en cuanto generadores de decisiones no más políticas ni económicas o sociales, o morales, o religiosas. Solo se necesitan decisiones HUMANAS y con AMOR.

Decisiones humanamente pasionales, sacadas de la pasión de Cristo por el Hombre.